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Mostrando entradas de julio, 2009

Mascaras, publicado en la revista Ventisca, Buenos Aires, Argentina

Máscaras Por Amalia Sato Noh y Occidente. El teatro de fantasmas y las vanguardias. A partir de 1868, con los rápidos cambios que iban trastornando el modo de vida y los gustos de los japoneses, parecía muy difícil que el teatro Noh pudiera sobrevivir. Los artistas se desbandaron y muchos siguieron al Shogun a su exilio, pero uno que cumplía el rol secundario de acompañante del shite, tsure, Umekawa Minoru, permaneció en Tokio y continuó con las representaciones. Pronto el teatro Noh, gracias al esnobismo de los diplomáticos y visitantes extranjeros, se convirtió en asunto de interés, primero para los estudiosos (Fenollosa) y a principios del siglo XX, gracias a las traducciones de Ezra Pound basadas en los trabajos de Ernest Fenollosa, en alimento teórico del drama occidental y la producción poética de los artistas intrigados por su simbolismo y hieratismo que estimularía a las vanguardias. William ButlerYeats, que prologó el libro de Pound, fue el primero en analizar la simbología

Arles, nota publicada en revista Venus/Proyecto Venus, Buenos Aires, Argentina

ARLES Por Amalia Sato México DF, 18 de febrero de 2000. Querida: Mi casa quedó vacía, como separador de Ozu. La vida sigue su curso en su viaje a la nada. Estoy feliz de haberte tenido tan cerca durante tantos días en el mundo de la impermanencia. Te cuento: ayer estuvo O. Y entre cosas me habló de algo sorprendente. En el depósito del Museo Nacional de Tokio hay un montón de colecciones sin clasificar, arrumbadas, regalos a la Casa Imperial de parte de funcionarios que cumplieron servicios en el exterior en los primeros años de Meiji. Entre estas colecciones hay una de objetos representativos de Brasil donada por ¡MORI OGAI !, el mismo que viste y calza. No se sabe por qué Ogai tenía esa colección, pues hasta donde hay noticias nunca ofició de diplomático en ese país. ¿Habrá sido algún viaje? En todo caso, la trama se cierra. Tus dos grandes temas unidos por una colección de más de cien años. También me comentaba O. que Ogai, después de retirarse como médico, terminó como director

Portugues de Brasil, alla cerca y hace tiempo, nota publicada en revista negra 6, Buenos Aires, Argentina

Portugués de Brasil: allá cerca y hace tiempo. Por Amalia Sato Sin hacerse notar, camufladas, van entrando expresiones en la conversación de todos los días: todo bien, cómo va, preconcepto, me cayó la ficha, se me hizo un blanco, en el día a día. Y dicen que en el sur de Brasil algunos usan el vou ir. Contaminaciones que entran en el lábil campo del “portuñol”, un anónimo work in progress cultural. Un cruce entre lenguas que podría interpretarse también como efecto de una “memoria filológica instantánea”, o sea, más que como un proceso a futuro como muchos lo ven - temerosos por la corrección en medio de los contactos Mercosur-, como una posibilidad de réplicas latentes. El espontáneo portuñol podría pensarse así como una puesta en juego de posibilidades que se fueron borrando o definiendo en direcciones diversas. Por ejemplo, la palabra “todavía” existía en portugués con el mismo sentido que en español (ahora significa “sin embargo, pero”, la palabra “tomara” (expresión de deseo en p

cajon de sastre. evaristo cultural. columna de amalia sato

De notas en cuadernos, de copiar de libros ajenos o en bibliotecas, o de los propios el subrayado entusiasta, hoy, y en exclusiva para Evaristo, notas auxiliares para citar sujetos en sus coordenadas, para que se reproduzcan los satori de la información menos esperada en el momento exacto. Por esos entretiens sur toutes choses, gusto por lo múltiple y la diferencia, prueba de que se ha vivido la experiencia del mundo como repertorio inabarcable e insospechado, que mi amigo Setsuo Harakawa de la ciudad de Kobe ejerce como exquisito oficiante en el arte de la cordialidad: superficialidad/ cuidar la superficie, siempre. El 5 de marzo de 1944 Georges Bataille plantea su posición sobre el tema del pecado ante un grupo de selectos oyentes. Klossowski marca que para GB no ser culpable es no ser en absoluto, porque ser sin culpa es no gastar. Hyppolite señala que lo grave no es el pecado sino la mediocridad, que no es ni la gracia ni el pecado. Adamov se sorprende con la entonación

cajon de sastre. evaristo cultural. columna por amalia sato

De anotaciones sin fecha, de copiar de libros prestados para evitar el subrayado inconveniente, datos para crear coordenadas que permitan pensar a Japón, la Pestaña del Mundo tal como los portugueses veían a esas islas, como una factoría de recursos inesperados. Uno camina por los corredores del subterráneo de Tokio y aparece en los afiches o en las hojas de publicidad que se recogen al paso la figura de la actriz Yoshinaga Sayuri, con su kimono, su rostro maduro apacible y bello, un remanso para la mirada de los sayuristas, su legión de admiradores. Una puntuación del bello Japón, una señal de la obsesión con la tradición. En los 70, la campaña Discover Japan fue lanzada por la empresa publicitaria Dentsu, copiada de la invitación norteamericana a Discover America. Y los turistas locales se lanzaron a recorrer el país para ubicarse en el mismo lugar que Hokusai ante sus vistas. En 1980 fue el turno de Exotic Japan y las visitas al Monte Koya, el santuario en medio de las montañas

cajon de sastre. evaristo cultural. columna por Amalia Sato

De notas en cuadernos, de copiar de libros ajenos o en bibliotecas, o de los propios para evitar el subrayado entusiasta, hoy, y en exclusiva para Evaristo, notas auxiliares para airear el namedropping, para colaborar en la insinuación de una cita erudita, para ayudar a instalar con un levantamiento de cejas o el susurro adecuado la inquietud por cierta información en esas causeries iniciadas en un sillón que se hunde en el aparte de una fiesta, e interrumpidas y nunca retomadas cuando uno/a se levanta para buscar otra copa. Por los aventureros parásitos del siglo XVIII que recorren Europa de un extremo a otro, y que se sienten en casa en todas partes, que a veces bordan en los salones, que asumen también la causa de las mujeres, y que aman el marco vegetal y enredado de ciertos encuentros. En el teatro Noh, el teatro japonés clásico de las máscaras y los fantasmas, para que los golpes de los pies resuenen de un modo especial hay jarras de arcilla enterradas en los bordes del

Cajon de sastre .evaristo cultural. Columna por Amalia Sato

De notas en cuadernos, de copiar de libros ajenos o en bibliotecas, o de los propios el subrayado entusiasta, hoy, y en exclusiva para Evaristo, más nombres, esenciales para sentir el mundo como un cruce de destinos generosos. Para Alejandro Ros, hoy, por su devoción, de artista, por la obra del maestro de ikebana Nakagawa Yukio. * A los cuarenta años, Yoshida Kenko (1383-1352) se retiró del mundo, y escribió Tsurezuregusa (Ensayos ociosos). Sospechamos que no vivió en una estricta santurronería (quienes se hacían monjes o monjas en realidad lo que hacían era manifestar ante los demás que el ejercicio de la sexualidad no era ya central en sus vidas). “Por más que descuelle en todo, un hombre que no guste del amor será alguien desolador: una preciosa taza a la que le faltaría el fondo. Humedecer los vestidos con el rocío de la noche, no saber adónde dirigir sus pasos vagabundos, perder la paz del corazón, tener el espíritu turbado por mil contratiempos y además y muy a menudo, so

Cajon de sastre. Columna en evaristo cultural, por Amalia Sato

EVARISTO cultural 7 De palabras garabateadas con apuro, de notas en cuadernos que no me resigno a eliminar, tres nombres de mujer para lanzar como botellas al mar que aviven la curiosidad más que centenaria por Japón, con un telón de fondo de enormes neones borrosos en un día de lluvia. , . Higuchi Ichiyo (1872-1896), una de las figuras más queridas de la literatura japonesa, su Memorial en el barrio próximo al antiguo barrio de placer de Yoshiwara donde trabajó ayudando en la costura a su madre –recibiendo los kimono de las geisha vecinas -, enfrente una placita con juegos decorados con imágenes de sus cuentos: el muchacho jinrikisha (hombre bicicleta) despidiéndose de su amiga de infancia, casada y en buena posición, y niños de ese barrio todavía hoy humilde jugando al sol. En su retrato más conocido aparece con un kimono a rayas, el cabello tirante recogido, la cara seria, afilada. Su breve vida es un compendio de los padecimientos de una familia descendiente de samurai en